Antonio Valenzuela, fisioterapeuta: "Si vas muchas veces a hacer pis, puede que tengas el simpático muy alto"

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Antonio Valenzuela, fisioterapeuta: "Si vas muchas veces a hacer pis, puede que tengas el simpático muy alto"

Antonio Valenzuela, fisioterapeuta: "Si vas muchas veces a hacer pis, puede que tengas el simpático muy alto"

Antonio Valenzuela, fisioterapeuta especializado en salud y bienestar integral, ha alertado sobre una señal poco conocida del cuerpo que podría indicar un problema de activación del sistema nervioso. Durante su intervención en el pódcast Tengo Un Plan, señaló que "si vas muchas veces al baño a hacer pis, eso es un signo de que puedes estar en el simpático muy alto".

El denominado estado de “simpático alto” está vinculado al sistema nervioso simpático, que activa el cuerpo ante situaciones de estrés o peligro. Aunque esta función resulta necesaria en momentos puntuales, su permanencia prolongada puede generar repercusiones tanto físicas como psicológicas.

Esta condición puede manifestarse en forma de síntomas cotidianos que muchas personas ignoran o atribuyen al cansancio o al ritmo acelerado de vida. Según Valenzuela, "los antojos por dulce o salado, esos craving repentinos, también pueden indicar una desregulación del sistema nervioso autónomo".

"Personas que tienen una racha con muchos calambres musculares o que, sin darse cuenta, caminan con las manos apretadas o los hombros encogidos, también podrían estar mostrando señales de un sistema nervioso alterado"

Los signos más comunes del sistema nervioso alterado

Otros signos de este desequilibrio incluyen una tensión muscular persistente o la aparición recurrente de calambres. "Personas que tienen una racha con muchos calambres musculares o que, sin darse cuenta, caminan con las manos apretadas o los hombros encogidos, también podrían estar mostrando señales de un sistema nervioso alterado", explicó.

Esta contracción muscular constante forma parte de una reacción del organismo ante estímulos que el cerebro interpreta como amenazas, incluso si no representan un peligro real. Esta respuesta se activa de forma automática y puede generar una sensación de alerta mantenida.

Otra manifestación frecuente es la hipersensibilidad al ruido. Valenzuela ilustra este fenómeno con un ejemplo cotidiano: "Se cierra una puerta y ya pegas un salto. Crees que estás relajado, pero tu cuerpo no lo está".

El cuerpo como termómetro emocional

Entre los efectos menos visibles, el experto destacó la desconexión auditiva en situaciones de estrés: "Cuando alguien te habla y no escuchas, no porque no quieras, sino porque estás tan metido en ese estado de alerta, es otra pista". Este fenómeno demuestra cómo el cuerpo puede priorizar funciones básicas cuando percibe un entorno amenazante.

Valenzuela insistió en la importancia de estar atentos a estas pistas que el cuerpo proporciona de forma involuntaria. Según afirma, actuar ante estos síntomas puede evitar que deriven en trastornos de mayor gravedad o en un deterioro del bienestar emocional.

Escuchar al cuerpo para prevenir

La propuesta de Valenzuela parte de una visión integral de la salud que aboga por observar las señales físicas como un medio de detección precoz. Esta aproximación busca restablecer el equilibrio del sistema nervioso a través de técnicas terapéuticas, movimiento consciente y periodos adecuados de descanso.

"El cuerpo es un radar que nos avisa cuando algo no va bien"

Identificar estos signos y comprender su origen es fundamental para intervenir a tiempo. Para el fisioterapeuta, la clave está en no ignorar los mensajes corporales: "El cuerpo es un radar que nos avisa cuando algo no va bien".

El Confidencial

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